Quedarse en casa cuando sea posible, cuidarnos y cuidar a los nuestros, dar lo mejor de nosotros y hacer algo por otros. Esta vez son las pequeñas acciones de humanidad las que van a salvarnos.

Estos días nos hemos encontrado con la generosidad y el compromiso de muchísimas personas. Algunos que aún sin conocernos, se han puesto a disposición para dar una mano. Hay cientos de integrantes de nuestros equipos educativos trabajando para acompañar a las familias que necesitan más apoyo entregándoles canastas de alimentos y limpieza, preparando actividades para mandarles a los niños y escuchando para encontrar las mejores respuestas. Lo hacen con la alegría de servir. A diario les llegan mensajes conmovedores de madres agradecidas y de otras que les avisan que esta semana no van a necesitar aceite y les piden que lo dejen para otra familia. ¿Se acuerdan de la película Cadena de Favores? Aquel niño, que crea un sistema de buenas acciones que se multiplican, nos inspira hoy.

Esta crisis deja a los más vulnerables expuestos al peor escenario, por eso los invitamos a seguir trabajando por una educación que transforme las desigualdades.

En medio de la tristeza por quienes están sufriendo y la preocupación por cómo seguiremos después, tenemos la esperanza. Confiamos. Nos sobran las señales.

Cuídense mucho, no pierdan la Fe y protejan la Alegría.